El Prof. Horacio Agustín Walter es el autor de “Los Senderos del Wolga”, una novela histórica en la que se reseña, a través de la familia Haas, toda la historia de la inmigración de los Alemanes del Volga. Gaspar Haas es uno de sus personajes: un joven profesor de historia, preocupado en la investigación de los Alemanes del Volga y en los estudios de la genealogía. Con la debida autorización del autor hemos realizado el siguiente reportaje a este personaje de la novela de Horacio Walter.
Raíces Alemanas: ¡Hola Gaspar! ¿Podrías presentarte?
Gaspar Haas: Soy Gaspar. Mi apellido es Haas. Ustedes
no deben olvidarse que no existo en la realidad. Soy sólo un personaje de
ficción. Mi vida lo es gracias a la vida que me da el autor, Horacio y a través
de ella hablo, sufro, me preocupo, investigo y soy lo que soy.
RA: Ya sabemos que sos un personaje. De todos modos,
queremos hablar con vos. Hacénos tu presentación.
GH: Bien. Soy un profesor de historia. Preocupado por
la etnia de mi apellido. Descubro que soy un descendiente de los que se llaman
“Alemanes del Volga”. Vivo en la ciudad de La Plata. Por las investigaciones
que he realizado, mis ascendientes o antepasados han vivido aquí en Argentina
en el Pueblo San José, cerca de Coronel Suárez, una de las primeras colonias
fundadas en la Provincia de Buenos Aires. En Rusia lo hicieron en Marienthal en
la región de la Wiesenseite, o de las praderas. Anteriormente, habían vivido en
una aldea llamada Rothammel ubicada en la Bergseite, es decir en la parte menos
llana, con pequeñas elevaciones de sierras. Al principio de esta historia, ellos
legaron desde un pueblo de lo que es actualmente Alemania que se llamaba
Aschaffenburg.
RA: ¿Y que te ha llevado a realizar esta búsqueda de
tu familia?
GH: En primer lugar, siendo profesor de Historia, me
ha preocupado la investigación por los antecedentes de la comunidad Volguense,
vinculada a mi apellido. Eso hizo que me propusiera investigar el proceso
migratorio que resulta interesante. Una comunidad con dos migraciones: De Alemania
a Rusia y de Rusia a Alemania implica para su gente muchísimas vicisitudes de
tipo personal y colectivo.
RA: Ha sido muy larga la migración, estamos hablando
de cerca de doscientos cincuenta años desde Alemania hasta ahora.
GH: Por eso es tan compleja e importante. Como
colectivo significa muchas decisiones para migrar, luego de resolver todo el
sistema de dudas, prejuicios, análisis de ventajas y desventajas. Sólo que la
pobreza y el fantasma de la guerra los empujaba a querer viajar, contra toda
lógica que se interpusiera. Hay dos características que hay que destacar. El
esfuerzo por seguir adelante y la constancia para cruzar toda la Europa y
Rusia, haciendo casi 3500 kilómetros de recorrido para llegar a la nada, sin
poder retroceder.
RA: ¿y en lo personal?
GH: En lo personal, es la lucha interna de los
afectos, de la extrañeza, de la gente que debe dejar en el lugar de origen a
sus padres, sus familias y saber que no podrán volver a verlos. En lo personal
está la fe que es lo que en última instancia los ayuda a superar todo, incluso
el cansancio de las distancias y la frustración de llegar a la nada y comenzar
a construir su vida. Y eso lo logran con un gran sentido de la familia a la que
respetan profundamente. Respeto que no termina cuando la familia desaparece. De
ahí el carácter religioso de su culto a los familiares muertos. Sólo basta
visitar un cementerio Volguense para darse cuenta de esa realidad.
RA: Eso sucedió cuando pasaron de Alemania a Rusia. ¿Cuáles
son los efectos cuando vienen a América y concretamente a Argentina?
GH: La problemática es la misma. Otra vez la
extrañeza, otra vez dejar la familia ya que partir hacia América también resultaba
una decisión de hacer algo imposible. Dejar padres ancianos o hijos pequeños.
Tal vez dejar la esposa. Otra vez los afectos. Y la misma fe y la misma estima
por la familia.
RA: ¿Y cuando llegan a Argentina?
GH: Otra vez, comenzar de nuevo, aunque con algunas
mejoras. Existe un mejor clima que el que encontraron en Rusia, mejor
predisposición política ya que había una Ley de inmigrantes (Ley Avellaneda),
gente con religión similar (por lo menos para los católicos), mejores
atenciones para su fe (tanto los protestantes luteranos como los católicos), y
la misma concepción firme de la familia
RA. Decime, Gaspar, ¿no fue complicado vivir en
aldeas para la comunidad alemana que vino del Volga?
GH: Complicado no. Era lo único que sabían hacer.
Vivir juntos. Era un modo de sobrevivir juntos a las dificultades de
instalación. Era mantener la lengua y sus estructuras familiares. Era su forma
de armar la cadena solidaria. Aunque a la larga eso trajo problemas de
integración con la comunidad existente en el país y la demora en ingresar sus
hijos en las estructuras educativas. Estoy pensando en el largo tiempo que
tuvieron que esperar para ingresar a las universidades…Pero hoy esos
descendientes forman parte importante de la sociedad nuestra. Ya estan en las
universidades, ocupan puestos políticos, científicos, en las artes, en la
música, en el deporte. Ni hablar el papel que tienen en cuanto a lo religioso.
RA: Todas estas cosas las estuviste estudiando como
profesor de Historia. Se que anduviste por Alemania. Fue para recuperar tus raíces.
GH: No. Fue porque había ganado una beca. Tuve que
aprender alemán lo que me vino muy bien. Y en Alemania intenté acercarme a Aschaffenburg
de donde creía que habían venido mis antepasados.
RA: Y descubriste algo?
GH: En principio, no. Pero luego me llegaron algunas
informaciones que confirmaron mis sospechas y pude cerrar el ciclo de
investigación familiar y completar, al menos una rama del árbol de la historia
familiar. Estuve unos meses, cumplí con mi beca, hice muchos amigos y volví a
la Argentina.
RA: ¿Y que hiciste a tu vuelta?
GH: A mi vuelta a Argentina, en momentos de mucha
crisis, me asenté en la profesión. Comencé a dar clases de historia. Y
paralelamente, me vinculé con la comunidad alemana del Volga. Profundice su
historia y su cultura y seguí investigando a mi familia. Eso me llevó a visitar
el pueblo de mis padres, San José, en Coronel Suárez y recuperar parte de la
historia. Tuve suerte ya que encontré documentación importante que me permitió
sacar conclusiones y completar el árbol familiar.
RA: Eso parece ser muy importante.
GH: Seguro. A tal punto que con esa documentación y
archivos que me fueron llegando desde Alemania puede reconstruir la genealogía
familiar y hacer una gran reunión de toda la familia Haas en una de las
colonias mas importantes en la provincia de Buenos Aires como es la Colonia
Hinojo, la primera que se fundó al comienzo de la migración, en 1878.
RA: Y ahora, que es lo que estás haciendo?
GH: Mi intención es visitar todas las aldeas y
colonias Volguenses. Rescatar experiencias, dejarme asombrar por la forma cómo
se vive la cultura en esos lugares, con mucha humildad y con mucho respecto. A
veces creo que voy a llevar algo y siempre me traigo mucho más cosas de las que
dejo.
RA: Y con lo que has hecho, con lo que has
encontrado, ¿te sentis satisfecho o tenes otros planes?
GH: Siempre hay planes. Quiero seguir investigando la
historia que nuestros antepasados dejaron en Rusia. Profundizar en sus
problemas. Me imagino que los que se quedaron en las aldeas de Rusia han
sufrido mucho mas que nuestros abuelos. Al menos mirado con mucha perspectiva.
Ellos han debido sufrir primero el proceso de rusificación donde les impidieron
seguir con su lengua y con sus formas de vida, escondiendo a sus hijos para que
no los lleven a las milicias.
RA: Probablemente han
han debido soportar muchas mas cosas que la rusifiación.
GH: Seguro. Luego estuvo la sovietización, en la
revolución de 1917, luego la primera guerra mundial, una gran hambruna en 1921,
la republica soviética de los alemanes del Volga, luego la deportación a Siberia
que ha sido un verdadero holocausto. Y el regreso de los supervivientes a
quienes les negaron su identidad. En realidad, han sufrido mucho.
RA: Gaspar, te agradecemos el tiempo que nos
dedicaste y te quiero hacer una pregunta muy personal: ¿nos volveremos a
encontrar?
GH: Probablemente. Creo que Horacio está pensando en
ubicarme en otro de sus libros. De este modo, seguro que nos encontraremos.
RA: Nuevamente, Gracias y saludos para Horacio.
GH: Les mando un cariño especial a los lectores de
Raices Alemanas. Y los saludos se los pasaré a Horacio. Hasta pronto.
Gaspar es una creación de Horacio Agustín Walter. Para
conocer más de ellos pueden ingresar a su blog. www.lossenderosdelwolga.blogspot.com
o comunicarse con el correo electrónico: horacioawalter@hotmail.com. En
ambos lugares pueden solicitar “Los Senderos del Wolga”.
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